Prácticamente ya no hay empresa que se precie que no publicite de alguna forma la I+D en su web o en sus presentaciones corporativas. Existe una conciencia general que reconoce en estas actividades un valor fundamental, que se proyecta como argumento de marketing, generando una imagen.

Pero, ¿realmente es habitual encontrar departamentos específicos de I+D? La experiencia nos dice que esto ya es harina de otro costal, que la inversión a medio-largo plazo en actividades de gran incertidumbre como es la I+D no se encuentra todavía muy arraigada en las estrategias competitivas de nuestras empresas, más si hablamos de Pymes, aunque algunas pueden alcanzar un gran tamaño (hasta 250 empleados).

Sin embargo, actualmente los incentivos mayores van dirigidos a crear este tipo de infraestructuras. El personal investigador dedicado en exclusiva a actividades de I+D obtiene una deducción fiscal adicional del 17% sobre los porcentajes estándar del 25% o del 42% (si supera la media de los 2 años anteriores).

Es decir, el coste de la mano de obra del personal de un departamento de I+D puede llegar a originar una deducción (esto es reducción del coste) del 59%.

Pero es más, siendo una PYME (Pyme innovadora) además es posible aplicarse bonificaciones del 40% de las contingencias comunes sobre cada trabajador dedicado en exclusiva a estas actividades (aún más, en el concepto de exclusividad se admite que un 15% de su tiempo esté dedicado a tareas de formación, divulgación o similares).

Todo ello, sin mencionar las diferentes vías de financiación privilegiada existentes, incluyendo algunas, como la del CDTI, que integran tramos no reembolsables, es decir, partes del préstamo que no hay que devolver (subvenciones en la práctica).

Entonces, ¿Cuál es el problema si ahora disponemos además de un personal investigador más preparado que nunca? ¿Desconocimiento sobre estos incentivos? ¿Poca creencia real en los resultados de una I+D+i intensiva y planificada sustentada en una estructura de personal específica? ¿Una inercia de años o cultura empresarial muy arraigada difícil de vencer?

Otros países hace décadas que anduvieron este camino, estando actualmente a la vanguardia tecnológica gracias en gran medida a una I+D intensiva, que pacientemente espera unos resultados que seguro que compensarán las inversiones iniciales y todos los fracasos intermedios. ¿Está aquí el problema? ¿En la falta de paciencia? ¿En la planificación cortoplacista propia de los países mediterráneos?

Por Juan Carlos Serrano Granados, Director Gerente Prointem