Tras más de una década creciendo fuertemente, las deducciones fiscales se han consolidado como principal motor de apoyo a los proyectos de I+D+i de carácter empresarial.

Cada vez son más las empresas que incurren en más gastos de I+D+i pensando en este incentivo tras sus primeras experiencias positivas, y cada vez son más las empresas que se animan a certificar gastos de I+D+i por primera vez.

Las últimas en incorporarse de forma masiva al sistema están siendo las Pymes, sobre todo las pequeñas empresas, porque las hay y muchas que hacen proyectos de I+D+i, también micropymes (plantilla de menos de 10 empleados y cuyo volumen de negocio y balance es inferior a 2 millones de euros).

El denominado cheque o monetización fiscal, introducido en la famosa Ley de Emprendedores (Ley 14/2013) y trasladado posteriormente al artículo 39, apartado 2, de la Ley 27/2014 del Impuesto sobre Sociedades, ha supuesto un importante avance en este sentido. Por muy pequeña que pueda ser una empresa y reducida o nula la cuota íntegra de su impuesto de sociedades, las deducciones I+D+i pueden generar un importante beneficio si se ha incurrido en gastos relativamente importantes en actividades I+D+i.

Así, por ejemplo, son muchas las pequeñas empresas que realizan un esfuerzo especial en un proyecto determinado, incluso durante varios ejercicios, y que observan con cierta desconfianza este importante incentivo fiscal, ya que desconocen la sistemática, que permite el abono de la deducción, como si fuera realmente un incentivo directo (una subvención), sin necesidad de tener una cuota positiva.

En PROINTEM gestionamos todos los años proyectos de este tipo, si bien es necesario salvar importantes barreras, para las que no existe otra fórmula que una adecuada información a la pequeña empresa, totalmente transparente, y asesoramiento personalizado, acompañando al cliente durante todos los pasos del proceso, hasta la culminación con el pago por parte de Hacienda, siempre generadora de temores diversos que en este caso no han lugar pues se trata de asuntos diferentes, relacionados con el homólogo Ministerio de Economía, es decir, sin derivadas de ningún tipo.

Este perfil de empresas es propio de determinados sectores tecnológicos, relacionados con el software, comunicaciones o nuevos dispositivos, muy poblados de pequeñas empresas gestionadas por emprendedores, que están abordando muchas veces verdaderos proyectos innovadores de I+D que no han sido así autoidentificados por desconocimiento, pudiendo obtener unos beneficios muy importantes que mitigan el riesgo y el gasto realizado y fomentan la innovación futura.

Es muy importante, no obstante, como es deducible, el apoyarse en una consultora I+D+i con amplia experiencia y que sepa y quiera dar un trato personalizado, estando dispuesta a dedicar todos los recursos que sean necesarios, al tratarse de pequeñas empresas que precisamente de lo que no andan sobradas es de tiempo.