El denominado cheque fiscal, introducido en la famosa Ley de Emprendedores (Ley 14/2013) y trasladado posteriormente al artículo 39, apartado 2, de la Ley 27/2014 del Impuesto sobre Sociedades, ha supuesto un importante avance en el desempeño de las deducciones fiscales como instrumento real para incentivar las actividades de I+D+i.

Obliga a esperar un año desde la finalización del periodo impositivo en que se generó la deducción y, además, ha de aplicarse una reducción de un 20%, pero aun así sigue manteniendo un importante beneficio en la deducción, más si cabe porque para muchas empresas es la única manera de aplicarse las deducciones, ya que mantienen durante años gastos en I+D+i desproporcionados con respecto a su cuota íntegra en el impuesto de sociedades, no haciendo más que crecer las deducciones acumuladas.

Permite así sobrepasar el 50% de la cuota íntegra e incluso pedir el abono a Hacienda por el excedente. Es lo que se denomina el cheque fiscal. Que en la práctica es un ingreso directo.

Transcurridos ya los dos primeros años (los correspondientes a los ejercicios impositivos 2013 y 2014) en los que Hacienda ha demostrado que está realmente cumpliendo con el cheque fiscal, respetando los Informes Motivados emitidos tanto por el Ministerio de Economía como por el CDTI, y lo hace efectivo en los tiempos previstos, por sectores, probablemente el de las TIC’s es el más beneficiado.

Más si cabe después de la modificación introducida en la definición de I+D en lo que se refiere a proyectos relacionados con nuevo software, que ha dado cabida, por ejemplo, a actividades realizadas a partir del 1 de Enero de 2015 en materia de interfaces y aplicaciones y no sólo de nuevos teoremas y algoritmos.

Así, el gran dinamismo que están mostrando las aplicaciones soft, con ámbitos de aplicación dispares, multiplicando y haciendo crecer casi efervescentemente a muchas empresas, se ve fortalecido por la posibilidad de beneficiarse de deducciones fiscales derivadas de sus actividades de I+D+i, aun cuando su cuota en el impuesto de sociedades sea insuficiente.

Es un sector en el que claramente la redefinición de las actividades de I+D+i conduce a un desequilibrio entre gastos I+D+i y cuota. El denominado cheque fiscal, una vez se vencen las barreras lógicas que supone la imagen que la mayoría tenemos de Hacienda, es una buena solución, pudiendo constituirse año tras año en una fuente de ingresos con la que contar para financiar nuevas actividades de I+D+i.